Sociedad de Periodistas Ambientales
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Manglares: Destrucción e impunidad

Con escasos controles federales, el desarrollo acuícola continúa devorando el ecosistema costero sinaloense.

El impacto ambiental de las granjas, sumado a la pesca ilegal, amenaza la industria del camarón.

Eduardo Valdez *

PRIMERA DE 3 PARTES

La destrucción de vastas extensiones de manglares para la realización de bordos y canales para la construcción de granjas acuícolas, ha transformado dramáticamente las costas sinaloenses. Regiones que hace diez años eran verdes, hoy están lisas por la deforestación.

La aniquilación de estos ecosistemas no sólo ha provocado la disminución de la producción pesquera, sino que ha potenciado la fuerza de los huracanes que de mayo a octubre azotan la región.

La destrucción de vastas extensiones de manglares ha potenciado la fuerza de los huracanes. Foto cortesía PECE.

A lo largo de los 600 kilómetros costeros de Sinaloa, se han desarrollado 477 granjas productoras de camarón blanco y azul, en una extensión de 48 mil 420 hectáreas. Al mismo tiempo se calcula que en la última década se han destruido mil hectáreas de mangle por año, según estudios de la Escuela de Ciencias del Mar, sin que hasta la fecha se haya abierto ni un sólo proceso penal contra quienes han promovido estos daños o quienes los han realizado.

La impunidad en la zona ha ocasionado que este tipo de delitos se siga cometiendo sin mayor freno por parte de las autoridades federales, encargadas directamente de la vigilancia, control y cuidado de la zona marítimo terrestre. Los inspectores pesqueros y forestales dicen que hacen lo que pueden pero la falta de recursos, por ejemplo vehículos, los ata de manos. En consecuencia, grandes extensiones de costa quedan sin vigilar.

A 60 kilómetros de Culiacán, en la zona conocida como La Puntilla, donde desemboca el río San Lorenzo, el paisaje es irreconocible. Ya casi no queda playa en este lugar que, hasta hace 10 años, era uno de los preferidos por los turistas locales. Los bordos de las granjas fueron literalmente devorando una parte importante de los esteros y los caminos de acceso son controlados por los granjeros que se repartieron los terrenos de marisma como propiedad privada.

A pesar de que el mangle es una 'guardería' natural de larvas de peces, crustáceos y moluscos, y su presencia en las costas es una barrera natural contra los huracanes, el 'boom' de acuicultura vino a provocar un peligroso cambio en el uso de suelo. A esto se suma la tala de mangle para la extracción de madera utilizada como estacón en el cultivo de hortalizas en los valles.

'En los últimos años las comunidades pesqueras han resentido la presencia de huracanes cada vez más destructivos y con vientos mucho más fuertes, debido la disminución de la cubierta vegetal, comenta el biólogo investigador de la Universidad de Occidente, Jorge Cid Becerra.

Un ejemplo de esto es el huracán 'Lane' (categoría 3 en la escala Saffir-Simpson), que el 16 de septiembre de 2006 azotó el centro de Sinaloa con vientos máximos de 205 k/h y rachas de 250 k/h. Vecinos de poblados pesqueros como Cospita y Laguna de Canachi, vieron como en menos de tres horas sus viviendas eran arrastradas por uno de los fenómenos meteorológicos más fuertes de los últimos años.

Aunque la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente fijó como sanción para los acuicultores que deberían reforestar mil 500 hectáreas de mangle a lo largo del litoral sinaloense, éste es apenas un proyecto incipiente al cual no se ha destinado ni personal ni los 3 millones de pesos que el Instituto Sinaloense de la Acuacultura (ISA) estima que se requieren para ponerlo en marcha.

De acuerdo a la sanción dictada por la Profepa en 2006, por cada hectárea de cultivos acuícolas se deben aportar 40 pesos para la reforestación de mangle en bordos y drenes de las granjas, pero hasta ahora sólo dos granjas del norte del estado y una del centro participan del proyecto.

Naturalmente, los acuicultores de Sinaloa hacen un diagnóstico algo diferente de la situación. 'No somos los villanos ni los chicos malos de la película', dice Roberto Arosemena Villarreal, Director del ISA, organismo que agrupa a los dueños de las granjas en el estado. En su opinión, en Sinaloa estas empresas se han construido con cuidado y los esfuerzos de reforestación compensan el daño ocasionado por el sector acuícola.

'Realmente es la mala publicidad que se ha dado', agrega Arosemena Villarreal al tiempo que señala a otros sectores, como el turístico y el agrícola, como corresponsables de la degradación ambiental.

A los daños que las granjas han causado al entorno, debe sumársele la contaminación que generan en las bahías, ya que dos terceras partes de ellas succionan y descargan sus afluentes en cuerpos compartidos con otras granjas.

El impacto ambiental de las granjas está directamente asociado con los grandes volúmenes de agua que utilizan para recambio diario, ya que los nutrientes y desechos van directamente a las bahías. Allí, los afluentes generan un fenómeno en 'cascada' que desordena toda la cadena productiva y puede llegar a generar la desaparición de algunas especies y la aparición de otras sin valor comercial.

Irónicamente, las primeras afectadas por el daño ambiental son las mismas granjas que lo provocan. Mientras que entre 1985 y 1987 el 95 por ciento del camarón de granja consumido en el país salía de estas costas, a partir de 1988 la tendencia empezó a revertirse: ahora es Sonora el principal productor de camarón de granja en el país.

Con 119 granjas en 17 mil 757 hectáreas, Sonora produce 31 mil 073 toneladas al año, en tanto que Sinaloa, con una extensión de 48 mil 420 hectáreas distribuidas en 477 granjas, produce al año 21 mil 841 toneladas.

La explicación de este mejor rendimiento, según estudios del ISA, radica en la calidad del agua que es bombeada a las granjas de Sonora y el clima semi árido que evita que algunas enfermedades como la mancha roja ataquen al camarón.

La depredación del camarón

La fiera competencia ha provocado que la actividad pesquera deje de ser rentable.
Foto cortesía PECE.
Al mismo tiempo, la fiera competencia entre los acuicultores, los pescadores ribereños y los barcos camaroneros por obtener el mejor producto, ha provocado que la actividad pesquera deje de ser rentable al depredarse en tiempo de veda especies como el camarón, cuyo valor comercial alcanza hasta los 190 millones de dólares en una sola temporada.

Y es que mientras en las cooperativas pesqueras tienen un padrón de 15 mil pescadores que respetan la veda y dejan que el camarón se desarrolle hasta alcanzar mejor talla, autoridades federales estiman que por lo menos 9 mil pescadores furtivos salen a la captura temprana del crustáceo, lo que provoca una alarmante disminución de producto cuando oficialmente se levanta la veda (del 1 al 5 de septiembre).

Este problema, sumado a que año con año disminuye el área de refugio e incubación de estas especies, provoca que la productividad también baje considerablemente.

El fenómeno en todo el litoral se repite de manera casi idéntica. Desde Playa Colorada, en Angostura, hasta Teacapán, en Escuinapa, los pescadores tienden a utilizar redes más finas para capturar más producto. En lugar de usar las tradicionales atarrayas, utilizan chinchorros, 'changos' o 'suriperas', que son artes de pesca prohibidas. Así capturan especies en reproducción y otras de menor talla que no tienen valor comercial.

En los esteros del sur del estado, a pesar de que el camarón no alcanza los 10 gramos, antes del levantamiento de la veda puede ser adquirido en el mercado informal a un precio de 35 pesos el kilogramo, ya que la falta de vigilancia ofrece grandes facilidades para capturarlo y comercializarlo.

Jorge García Santos, presidente de la Federación de Cooperativas del Sur de Sinaloa, denunció que desde agosto el camarón fue saqueado debido a la escasa vigilancia en los esteros. 'Estamos viendo que el camarón se está sacando cuando está en etapa juvenil y pues eso puede generar un conflicto social entre pescadores de cooperativas y pescadores libres', advirtió.

Zonas desprotegidas

José Manuel 'N' es uno de los 24 inspectores con los que cuenta Profepa para vigilar que en Sinaloa no se cometan delitos ambientales. Tiene 42 años, siete de los cuales los ha dedicado a este trabajo. Si Profepa decidiera dividir entre todos sus inspectores los 600 kilómetros de litoral para hacer cumplir la Ley de Equilibrio Ecológico, José Manuel tendría bajo su responsabilidad la vigilancia de 25 kilómetros de mar, arena, mangles y marismas.

"Vamos a suponer que así fuera, pero nosotros no hacemos eso nada más, tenemos que vigilar también la cacería furtiva, la tala de montes, los delitos ambientales en las ciudades y la depredación de la tortuga marina, así que es humanamente imposible evitar delitos como la tala de mangle y la pesca ilegal', comenta José Manuel cuando se le sugiere el ejercicio anterior.

Comenta que normalmente se les critica porque supuestamente poco hacen por evitar los delitos ambientales, pero que la gente desconoce que para recorrer la costa, los valles y la zona serrana del estado, se forman 12 parejas de inspectores que tienen que enfrentarse en muchas ocasiones con gente armada y bien organizada.

"El otro día, por ejemplo, en la Meseta de Cacaxtla nos topamos con cuatro cazadores. Estaban cazando liebre y venado en una zona natural protegida y tuvimos que detenerlos. Por fortuna no se pusieron bravos porque iban armados y nosotros no", recuerda.

Señala que a eso hay que agregarle que en las costas mucha gente anda armada ya sea porque se dedica al robo de camarón en granjas y esteros, o porque transporta droga en sus lanchas.

"De plano, nosotros hacemos lo que podemos, con los pocos recursos que tenemos, pero tampoco se trata de arriesgar la vida", reconoce.

El delegado de Profepa en Sinaloa, Lorenzo Gómez Leal, admite que con 24 inspectores y una flotilla de 10 vehículos, es mucho el territorio que deja de vigilarse, por lo que están a la espera de que el Gobierno federal les asigne una lancha rápida y una avioneta que serían de gran apoyo para la vigilancia en las costas y en la sierra.

"Créame que con lo que tenemos hacemos hasta lo imposible por frenar el saqueo de especies, la tala de mangle y las construcciones irregulares, pero también muchas cosas se nos escapan, por eso hemos formado comités ciudadanos para que colaboren con nosotros y denuncien cualquier delito ambiental que detecten en sus comunidades", destacó.

Desechos al agua

En los esteros que alimentan la bahía Santa María la vida se está acabando. Este espeso e interminable laberinto de sinuosos canales donde se deben reproducir las larvas de infinidad de especies marinas, recibe a diario miles de litros de agua contaminada con efluentes industriales y otros desechos tóxicos. En los últimos seis meses la situación se ha agravado.

El verde intenso de los manglares contrasta con aguas que a simple vista parecen limpias, pero bajo la corriente arrastran un lodo tóxico que lo mismo envenena las larvas de peces y crustáceos, que los resistentes ostiones.

Estudios realizados recientemente por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), precisan que el agua en el estero de El Tule, uno de los más extensos de esta zona, tiene en algunos puntos apenas un 35 por ciento de oxígeno debido a los sedimentos que contaminan el agua e impiden el desarrollo de especies.

Las aguas que llegan a estos esteros a través del dren Cedritos, provienen de la planta tratadora de aguas negras ubicada en La Higuerita, muy cerca de Navolato. Aunque oficialmente se asegura que el líquido va limpio, el mal olor en el lugar y la mortandad de peces contradicen esta versión.

Autoridades de la Comisión Nacional del Agua aseguran que se han realizado monitoreos y se han aplicado sanciones contra quienes contaminan esa zona, sin embargo el problema no ha sido frenado. Un ejemplo del no acatamiento de las normas y de la falta de sanciones, es el puerto de Mazatlán, donde el estero El Yugo presenta daños irreversibles por las descargas de la termoeléctrica José Aceves Pozos, en tanto que el estero el infiernillo, como el arroyo Jabalines, reciben grandes cantidades de aguas negras, basura, y hasta desechos tóxicos como detergentes y combustibles de comercios y zonas habitacionales.

Problemas similares se registran en el puerto de Topolobampo, en Ahome, y en la Laguna de Caimaneros, en Escuinapa, donde los esteros que alimentan ambas zonas registran altos índices de contaminación y deforestación.

PARTE DOS

Mazatlán: Inversión inmobiliaria en complejos turísticos despierta conflicto. Foto cortesía PECE.
Sol, arena y mar: El codiciado botín

*Inversionistas nacionales y extranjeros realizan mega proyectos en la costa sinaloense, sin tomar en cuenta las repercusiones que éstos traerán al entorno y a los pobladores tradicionales.

Barras de Piaxtla es un pequeño paraíso de aguas cristalinas, arenas blancas y cerros verdes que al chocar con el mar forman vistosos acantilados.

Zona de pescadores artesanales que lo mismo capturan pargo, dorado y tiburón, que ostiones de la mejor calidad, tiene a tres kilómetros de distancia Las Labradas, un sitio con figuras rupestres de más de mil 600 años de antigüedad.

Ubicado entre La Cruz de Elota y Mazatlán, a 15 minutos de la Maxipista, es una de las comunidades pesqueras que aún conserva su belleza natural intacta y es considerada una de las regiones que presenta las mayores concentraciones de aves acuáticas migratorias de América Latina.

Estos atractivos paisajísticos y el ser considerado un lugar semi virgen, han despertado el interés de empresarios del ramo inmobiliario y de especuladores que dede hace seis años acaparan terrenos con el fin de incrementar su valor. Los conflictos entre ejidatarios y personas llegadas de otros puntos de Sinaloa, han desataco incluso enfrentamientos que ya derivan en denuncias penales e intervenciones esporádicas de las autoridades estatales y federales, como actualmente ocurre con las más de 20 mil hectáreas que conforman la playa El Patole.

Destrucción a toda costa

Los problemas que enfrenta la zona costera han provocado que Greenpeace México ponga los ojos por primera vez en Sinaloa, y empiece a anunciar revisiones enfocadas a disminuir los impactos negativos que el desarrollo tiene en el medio ambiente.

Durante una visita al estado en julio pasado, la responsable de la vocería de ese organismo, Cecilia Navarro, destacó que iniciarán un monitoreo tanto de los litorales, como de los valles donde se teme que se siembre maíz transgénico.

Se trabajará en la revisión del proyecto Escalera Náutica en todo el Golfo de California, donde se proyectan grandes desarrollos inmobiliarios sin tomar en cuenta los daños que éstos están causando al entorno, y Sinaloa es parte importante del mismo, dijo.

"Desafortunadamente se sigue privilegiando el desarrollo económico por encima de los asuntos ambientales, y se empiezan a atender los problemas cuando éstos son muy evidentes o definitivamente cuando se pierden vidas humanas", lamentó.

Navarro cuestionó el hecho de que las autoridades federales, estatales y municipales, se comportan más como promotores de la industria antes que proteger el ecosistema y hacer que se cumplan las leyes. "Adecuar las leyes a las empresas ha sido la regla general en el país y casi no nos encontramos excepciones en ningún estado, por eso es que consideramos de importancia hacer estudios en todos los estados, donde no se está protegiendo el ambiente por proteger intereses de unos cuantos grupos", subrayó.

  • ¿Qué diagnóstico tienen de la Escalera Náutica, que fue anunciado como el gran proyecto del sexenio de Vicente Fox?
  • Los hemos revisado y nos parece muy mal porque nuevamente las aprobaciones de los proyectos se están dando de manera que los desarrolladores presenten sus proyectos por separado y no como un todo, entonces las autoridades en vez de evaluar los impactos integrales en la región, evalúan proyectos aislados, sin conectar las cosas, y eso causará mucho daño.
  • ¿Cuáles son los aspectos negativos que ustedes observan al proyecto?
  • Nos preocupa que se está promoviendo muchísimo el turismo de alto impacto en regiones con muy poca agua, con vocación para turismo alternativo. Se están promoviendo campos de golf, centros comerciales, hoteles de 500 habitaciones y es como no aprender de la experiencia, es repetir Can Cún, y Can Cún se está convirtiendo en un Acapulco, degradado y sin playas, ya que se tienen que sacar toneladas de arena de otra zona para atender a los turistas. A qué comunidades se deja sin agua para regar un campo de golf. Es promover inversiones a corto plazo para beneficio de grupos pequeños, sin tomar en cuenta ni las comunidades ni las características de la región.
  • ¿Alguna estrategia de Greenpeace para la zona?
  • Es uno de los temas prioritarios de nuestra agenda y haremos un documento que se llamará "Destrucción a toda costa", en el cual se van a va a documentar todos estos casos en la zona del golfo de california, y será difundido para octubre o noviembre de este año.
En este lugar los ejidatarios acusan a las familias De Cima, Kuroda y Coppel, de encontrarse supuestamente tras el proyecto para la construcción de un complejo turístico que vendría a transformar el entorno.

El síndico Federico Vega señala que existen ventas fraudulentas de terrenos y que esto ha llevado a la confrontación constante e incluso, a los despojos y amenazas de muerte. "Viene gente a pedirme que los lleve a donde están los condominios en la playa y lo que les respondo es que no hay nada de eso, que en el lugar que le están vendiendo lo único que hay es monte y arena", comenta.

Tanto en El Patole como en Barras de Piaxtla son codiciados no sólo por inversionistas nacionales, sino por extranjeros que ven ahí la forma de hacer el gran negocio, como lo demuestra la supuesta empresa estadounidense Piaxtla Paradise, que a través de internet presume las bellezas de este sitio, ofrece en venta 140 lotes con precios que van desde los 30 mil a los 60 mil dólares.

El paquete incluye asesoría legal para realizar trámites ante las autoridades mexicanas. Todo indica que Piaxtla Paradise no tiene domicilio legal o teléfono; una dirección de correo electrónico es la única forma en que los interesados pueden comunicarse con los dueños de la empresa, quienes aseguran que varios lugareños les han confiado la promoción y venta de sus terrenos.

"Como tenemos considerable experiencia en la construcción de casas, venta de terrenos, trabajando con agencias locales y ecológicas en el estado de Sinaloa, muchos habitantes de Barras de Piaxtla nos han pedido que les ayudemos a anunciar y vender sus lotes", asegura Piaxtla Paradise.

Advierten que no hay muchos servicios disponibles, pero que se proyecta introducir agua potable y pavimentación de calles. De hecho estos servicios los daban como un hecho para noviembre de 2006. Otros de los atractivos que anuncian como "gancho" para la venta de estos terrenos, es que una importante empresa construirá ahí un hotel y un campo de golf. Por otro lado, dicen que el grupo internacional responsable de la construcción de la Escalera Náutica, en las costas oeste de México y este de Baja California, está interesado en abrir un puerto natural a un kilómetro de distancia para la llegada de yates.

Vecinos de Barras Piaxtla entrevistados al respecto, dicen desconocer a esta empresa como intermediaria para la venta de terrenos. Señalan, sin embargo, que saben de extranjeros (principalmente jubilados), que han adquirido lotes en esa zona.

La situación que se vive en "Las Barras", es algo que se repite desde El Maviri, en Ahome, hasta Nuevo Altata, en Navolato y Teacapán, en Escuinapa, y se acentúa con más gravedad en Mazatlán, donde en 2005 y 2006 la inversión inmobiliaria ascendió a 3 mil 100 millones de pesos y en 2007 se esperan inversiones por 2 mil 100 millones de pesos, según la Secretaría de Turismo del Estado.

La necesidad de espacios en este puerto, ha llevado a los inversionistas a proyectar el desarrollo de la ciudad hacia lo que ahora es conocido como el Nuevo Mazatlán, donde el paisaje es transformado para dar paso a grandes hoteles y torres de condominios. La reserva territorial aquí es cada vez menos y las necesidades de agua potable son crecientes.

Esto ha ocasionado que el cambio urbano sea errático y carente de planeación estratégica, según lo señalan urbanistas e investigadores de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

El investigador universitario, José Luis Beraud Lozano señala que existe en Sinaloa una falta de sustentabilidad en el desarrollo urbano, principalmente por la no aplicación de las normas ambientales. "Pero sobre todo, está ausente el compromiso de diferentes segmentos de la sociedad sinaloense para emprender acciones compartidas que mejoren las condiciones de vida y su medio ambiente", agrega.

Autoridades blandas

Sandra Guido: Los desarrollos turísticos incumplan.
Foto cortesía PECE.
Sandra Guido, investigadora integrante de la Alianza para Sustentabilidad del Noroeste Costero Mexicano (Alcosta), destaca que la construcción de la Escala Náutica lleva un avance aproximado de 80 por ciento, se están construyendo 28 atracadores para yates y 32 de Dique Seco, además de los edificios de servicios náuticos estándar para todas las escalas proyectadas.

Afirma que durante un monitoreo a 48 desarrollos turísticos costeros, realizado de 2005 a 2007, se estableció que para los desarrolladores las Manifestaciones de Impacto Ambiental (MIAs) son una dificultad burocrática que hay que salvar para realizar un proyecto, y saben que pueden iniciar sin contar con éstas ya que no hay voluntad ni de Profepa ni de Semarnat por hacer cumplir la ley.

"No hay coherencia entre las leyes y las obras que los desarrolladores proponen, y los ordenamientos y normas no tienen vinculación con los proyectos. Deberían de cancelarse totalmente los proyectos que incumplan con las condicionantes", advierte.

En el informe coordinado por Sandra Guido, se destaca que la región del Mar de Cortés se encuentra en plena fase de construcción de un gran número de desarrollos inmobiliarios costeros. "Debido a a la fuerte demanda de norteamericanos que planean ya su jubilación", se explica, "el sector de la construcción y los bienes raíces están viviendo un intenso auge, sin que se prevea por el momento una contracción en la demanda".

Guido señala que el Estado mexicano ha facilitado este proceso a través de las modificaciones al artículo 27 que permiten la parcelación y venta de tierras ejidales; el impulso y apoyo de los Gobiernos Estatales y Municipales a la inversión inmobiliaria; la debilidad en la aplicación de reglamentos y leyes ambientales; la escasa vigilancia en el cumplimiento de la legislación ambiental.

Los primeros resultados de todo este proceso aún en curso apuntan hacia la configuración de una realidad social mucho más compleja en la que se está intensificando la desigualdad, agrega.

Opuestos al despojo

Refugio Lamarque ha vivido toda su vida en Barras de Piaxtla. Cuenta con escrituras que la acreditan como legítima propietaria de un terreno que le fue heredado por su padre. Ella como otros vecinos de esta zona asegura que el número de personas afectadas con el complejo turístico que se pretende construir aquí es mucho mayor de lo que se ha señalado, porque los inversionistas se quieren apropiar de 20 mil hectáreas.

Señala que una persona identificada como Héctor Aparicio ha vendido condominios y terrenos inexistentes a japoneses, estadounidenses, filipinos y familias sinaloenses, bajo la promesa de que cuenta con autorización para construir un complejo turístico.

Afirma que por oponerse al despojo, ha recibido amenazas de muerte y que incluso, la muerte de su padre, el ex diputado Pilar Lamarque, fue producto de un accidente provocado.

Así como ella, Jesús Isabel Velarde Orduño, Jesús Josué Velarde y Odel Espiricueta aseguran que se defenderán por todos los medios para evitar que los despojen de sus predios.

Señalan que para el complejo turístico que se pretende construir en la zona de El Patole, al cual ya le lleman "Las Delicias", proyectan lagunas de oxidación y campos de golf en terrenos de Barras de Piaxtla y en el panteón de Estación Dimas. "El principal interés de los inversionistas es apropiarse de toda la zona, obtener financiamiento del Gobierno estatal y federal y vender a precios cuando se termine la Escalera Náutica", afirma Velarde Orduño.

En diciembre de 2006, denuncian, personas que se dicen dueñas de estos predios, llegaron acompañadas de agentes a bordo de la patrulla 0055 de la Policía Estatal Preventiva, y quemaron una palapa propiedad de la señora Socorro Barrera.

Efectos adversos

Existe una alta probabilidad de conflictos intersectoriales por acceso a recursos comunes como agua, suelo y áreas de pesca o de atraque. 45.8% de las localidades monitoreadas reportan conflictos entre turismo y agricultura, así como entre turismo y pesca ribereña. 23% de las localidades reportan un potencial de conflicto social alto. Se percibe el inicio del síndrome de saturación de la localidad huésped que es el resentimiento de los pobladores locales contra el turismo por la pérdida de acceso a sus playas.

La advertencia

Desde noviembre de 2004 organizaciones ambientalistas, empresarios, colonos, pescadores y prestadores de servicios turísticos de 10 estados, llamaron a buscar estrategias y acciones comunes para enfrentar las políticas gubernamentales y el modelo de desarrollo considerado como contrapuesto a los intereses del pueblo mexicano, a los ecosistemas costeros y a la soberanía nacional.

Durante una reunión realizada en San Blas, Nayarit, representantes de más de una decena de organizaciones de igual número de estados, intercambiaron información y experiencias sobre los problemas específicos que afectan a cada lugar.

Advirtieron que al tráfico de influencias, el uso de información privilegiada, de los recursos públicos y de los bienes de la nación, y la entrega de la soberanía nacional para beneficiar a grandes corporaciones privadas nacionales y extranjeras se le llama progreso y desarrollo.

"Estos actos de corrupción no son castigados, sino premiados por el actual Ejecutivo federal", señalan en un documento que titularon La Declaración de San Blas, Nayarit.

Las mismas organizaciones se reunieron en 2005 y 2006 para denunciar, de nueva cuenta, que el otorgamiento de autorizaciones, permisos, concesiones y certificaciones para la realización de obras y actividades públicas y privadas se ha efectuado "sin cubrir los requisitos mínimos ambientales, hidrogeológicos, urbanos, de respeto de derechos, de seguridad y otros, que impidan la destrucción y aseguren la conservación del hábitat de los distintos ecosistemas.

PARTE TRES

Miseria 'ahoga' a los pescadores

Mientras las granjas acuícolas y proyectos inmobiliarios proliferan sin control, peces y crustáceos, se alejan más y más de las costas sinaloenses.

Algunas especies empiezan a desaparecer y junto con ellas muere la pesca como estilo de vida y sustento familiar.

La primera y última vez que Las Arenitas acaparó la atención nacional e internacional, fue cuando se supo que Jesús Eduardo Vidaña "El Juanchío", uno de los tres náufragos mexicanos que sobrevivieron 9 meses en el Oceano Pacífico, era vecino de este campo pesquero. Decenas de cámaras y micrófonos llegaron hasta allá.

Mucho tiempo al aire en radio y televisión se destinó a narrar la llegada de este pescador casi analfabeta que protagonizó una verdadera odisea en una frágil panga, junto a otros dos pescadores de Nayarit.

Muchas líneas en los periódicos describieron hasta el hartazgo la forma de vida de este joven que, sin quererlo, se convirtió en figura pública cuando en octubre de 2005, salió desde el muelle de San Blas en busca de sustento para él, su esposa y sus dos hijos.

La vida de "El Juanchío" de pronto se volvió referente para miles de pescadores sinaloenses que a pesar de estar en una zona de gran riqueza natural, viven en condiciones de extrema pobreza. Él como muchos otros, tuvo que salir de su pueblo a buscar el recurso que cada vez se aleja más de sus costas.

La contaminación de las aguas con efluentes industriales, la proliferación de granjas acuícolas que alteran el ecosistema de las bahías y el desarrollo inmobiliario desordenado con algunas de las principales causas de la disminución en la producción pesquera en Sinaloa. Con escasa vigilancia por parte de las autoridades federales, el crecimiento descontrolado de estos sectores amenaza la supervivencia de diversas especies marinas y la pesca misma como estilo de vida y soporte económica familiar.

A lo largo de los 600 kilómetros de costa sinaloense, hay cientos de "Juanchíos" que tienen que dejar por largas temporadas a sus familias para tirar las redes y los anzuelos en aguas ajenas, a muchas millas náuticas de donde normalmente pescan. Otros, directamente abandonan el oficio, y el país, en busca de mejores oportunidades.

Oficio que se extingue

En Dautillos las redes salen lodosas, con basura y algunos peces de menor talla. Jesús Sánchez y Daniel Mendoza llevan horas lidiando con las piezas de un viejo motor Yamaha que ya dejó atrás sus mejores años. Quieren repararlo para salir a tirar la tarraya en la madrugada "cuando esté mejorcita la marea", explican. La panga con parches por dentro y por fuera exhibe los malos tiempos por los que pasa este oficio.

A unos metros de la orilla un joven arroja una jaula de alambre para atrapar jaibas que le servirán como carnada al momento de anzuelear. Con algo de suerte y con mucha paciencia caerán unos dos pargos o tiburones de buen tamaño.

Hay aquí rutinas desganadas y miradas interminables que no apuntan a ningún lado. Hay grupos de personas bajo los árboles tomando cerveza y jugando al dominó, o a la baraja. Perros flacos que olfatean desperdicios y niños que patean una pelota en un polvoriento campo que alguna vez tuvo porterías completas.

Existen paredes con pintas que nadie entiende cómo llegaron y vándalos que consumen mariguana, coca, o crystal, las drogas sintéticas que por baratas, son las preferidas en estos lugares. El ocio lleva a estos jóvenes lo mismo a robar un cilindro de gas doméstico que un chinchorro remendado.

Un vistazo a la costa

  • Existen 136 mil 740 habitantes distribuidos en 86 comunidades pesqueras en aguas del litoral sinaloense de los municipios de Ahome, Guasave, Angostura, Navolato, Culiacán, Elota, San Ignacio, Mazatlán, Rosario y Escuinapa. Representan el 4.6 por ciento del total de la población del Estado.
  • Del total de los habitantes de esas comunidades 59 mil 805 son mujeres y 64 mil 154 son hombres.
  • Existen 28 mil 733 viviendas habitadas en esas 88 comunidades, de las cuales el 81 por ciento, cuenta con servicio de agua potable, es decir, 14 por ciento menos cobertura que la media estatal que es del 95. Los municipios de Escuinapa, Rosario, Angostura y Guasave son los que menor cobertura registran. El 68 por ciento de las casas cuenta con servicio de alcantarillado. Los municipios de Escuinapa, Rosario, Culiacán, Elota y Ahome registran una cobertura por debajo de la media estatal, que es del 75.
  • 27 mil 847 viviendas cuentan con servicio de energía eléctrica, con una cobertura del 97 por ciento similar a la de la media estatal, pero San Ignacio y Escuinapa registran coberturas por debajo de este porcentaje.
Fuente: Secretaría de Planeación y Desarrollo del Gobierno del Estado

Mujeres jóvenes y otras ya entradas en años que esperan al marido ausente y espantan el tedio sufriendo las tramas de las telenovelas o gozando los últimos chismes de la farándula.

Desde Dautillos, en el centro del estado, hasta El Maviri, en el norteño municipio de Ahome, el panorama de los campos pesqueros desalienta a cualquiera.

Aquellas familias cuyas casas tienen mejoras y algún vehículo a la puerta, le deben esa prosperidad relativa a que dos o tres de sus miembros se fueron de ilegales a los Estados Unidos. En el peor de los casos, hay quienes son enganchados por los narcos como lancheros para cruzar droga hasta La Paz o Ensenada, y disfrutar las mieles del "negocio". Mientras les dure la suerte.

La migración, ese fenómeno que hace 10 años se veía como algo lejano y propio de los campos agrícolas o de las ciudades, se extiende por todos los rincones de la costa sinaloense. Los pescadores se van en enero o febrero al 'otro lado' y regresan en septiembre, cuando se levanta la veda para salir a la captura de camarón. Hay quienes de plano deciden no regresar y pierden sus derechos como socios de las cooperativas.

Óscar Camacho, vecino de Cospita, cuenta que tres de sus hijos se encuentran en Phoenix, Arizona, trabajando en la construcción. Son ellos los que le mandan algunos dólares para irla pasando y sobrellevar la interminable veda que no deja más opción que la de emplearse en el campo o salir a pescar el alimento del día. Aquellos que hasta hace poco madrugaban para tirar las redes, hoy madrugan para la pizca de frutas o legumbres en el país del norte.

"Si antes salía producto pa'vender y regalar, ahora nos conformamos con que salga pa'comer", comenta este pescador de 45 años que recuerda tiempos de bonanza. "La verdad es que a mí a veces me dan ganas de arrancar pa'l otro lado", agrega, "pero pues no se puede por la mujer y los chamacos más chicos".

La realidad de Óscar es la de miles de pescadores sinaloenses que ven a sus hijos tomar las maletas y agarrar camino a la frontera en busca del sustento que aquí no encontrarán.

Cooperativas a pique

La Ribereña de Dautillos y La Baradito, las dos cooperativas consideradas hasta hace poco como las más fuertes y mejor organizadas después de las de La Reforma, Angostura, agrupan a 600 pescadores de esta zona que laboran en 300 pangas.

Desde hace 5 años las dos enfrentan millonarias deudas con el Seguro Social, instancia que ya amenazó con embargarles pangas, motores y hasta las redes si no se ponen al corriente. La sola mención del impagable adeudo hace que los socios suelten un silbido o una risilla nerviosa; La Ribereña debe 6 millones de pesos y La Baradito adeuda 5.5 millones. Las otras dos cooperativas de Dautillos, la Boca del Tule y la Costa Azul, tienen a su vez fuertes deudas y han optado por dejar de pagar al IMSS y que sus socios se refugien en el Seguro Popular o en la Cruz Roja cuando requieren servicios médicos. Un recorrido realizado en Altata, Las Aguamitas, El Castillo, Cospita, El Conchal y Las Arenitas, revela que todas las cooperativas están al filo de la navaja debido a los adeudos con el IMSS. En Las Aguamitas se encuentran las cooperativas David Portes y Barra de La Tonina, las cuales agrupan al menos a 400 socios que carecen de Seguro Social.

Un viejo pescador que se apresta para salir a la pesca de tiburón, calcula que al menos la mitad de los socios se van a Navolato, Culiacán, o Estados Unidos, con las miras de regresar cuando se levante la veda.

Entre pangas, redes y motores ociosos, muy cerca del estero Vicente Fernández y Roberto Carlos cantan "Yo te invito mi amigo, que compartas mis penas...". Como si quisieran ponerse a tono con la dolida canción, alrededor de una baraja cuatro jóvenes comparten una cerveza Ballena y disparan albures.

Desde 2006, los dirigentes de la Federación de Cooperativas Pesqueras de Sinaloa, han solicitado que el Gobierno del Estado interceda por ellos para pagar 128 millones de pesos que adeudan al IMSS, y que impide que el 80 por ciento de los pescadores agremiados a ese organismo, cuente con Seguro Social. A un año de esa petición, la deuda aumentó a 140 millones de pesos. El Gobierno estatal ha ofrecido algunos estímulos fiscales y apoyos para la compra de motores y lanchas, pero no ha hecho intentos por apoyar el refinanciamiento de estas deudas.

'Está muerto esto'

En el campo pesquero Cospita, sindicatura de Emiliano Zapata, las cooperativas Cospita y Pescadores de La Cruz tampoco la pasan bien. El presidente de la cooperativa "Cospita", Manuel López, dice que de 120 socios que había en esta agrupación actualmente quedan sólo 60, ya que muchos han emigrado en busca de mejores alternativas de trabajo.

Quienes se han quedado aquí laboran en la pesca de lisa, tiburón y botete, o bien, en las granjas acuícolas que han venido a representar un alivio temporal a las necesidades de las familias.

Gerardo Rosas Cervantes vive en la Península de Villamoros, a dos kilómetros de una pequeña zona pesquera conocida como La Guadalupana. Se emplea como velador en una de las granjas acuícolas de esa zona y durante el día hace trabajos de albañilería y remienda tarrayas por 100 ó 150 pesos. "Está muerto esto, y hay que buscarle", dice.

Entre ocio y aguas negras

Inversión que no llega

Los estudios realizados en 2006 por el Gobierno del Estado, Banobras y el Banco Interamericano de Desarrollo en las costas de Sinaloa, arrojan un diagnóstico poco alentador: Para mejorar las condiciones de vida de las 86 comunidades pesqueras, proteger los recursos naturales y lograr un desarrollo sustentable, se requiere una inversión de 137 millones de dólares.

A diez meses de que el Gobierno del Estado y el Banco Interamericano de Desarrollo anunciaran proyectos enfocados a combatir la pobreza y la marginación en la que viven 136 mil 740 personas de la franja pesquera sinaloense, ningún plan ha sido aplicado y se desconoce siquiera si existe alguna fecha para hacerlo. Esto, a pesar de que el Gobernador Jesús Aguilar Padilla reconoció desde el inicio de su administración que se tiene una deuda histórica con estos pueblos.

Fuente: Secretaría de Planeación y Desarrollo del Gobierno del Estado

En el campo pesquero El Conchal, ubicado a 10 kilómetros de la sindicatura de Eldorado, son muy pocos los que viven de la pesca. Como en tantos otros poblados costeros, las descargas de aguas negras domiciliarias van directo al mar, aumentando así la proliferación de mosquitos, enfermedades y malos olores. La basura a la orilla del agua y entre los manglares empeora el ya de por sí mal aspecto del lugar. La mayoría de sus jóvenes emigraron al norte y los que se quedaron han tenido que salir a buscar empleo en los campos agrícolas, en las granjas o autoemplearse como albañiles.

Hay quienes le apuestan a no ausentarse porque aquí nacieron y crecieron, y porque su única fuente de vida es el mar. Las actividades productivas en este poblado se resumen a la generada por dos restaurantes de mariscos que provocan cierto movimiento los fines de semana, y dos bodegas donde se vende pescado fresco, ostiones y almejas. Martín Rocha, nativo de este poblado, inauguró un restaurante de mariscos a la orilla del agua, consciente de que esta es la única opción de obtener recursos para el sustento de su familia.

A 20 kilómetros de Eldorado, en Las Arenitas, decenas de hombres se dan cita en el billar del pueblo. Son las cinco de la tarde y es la rutina de todos los días. Una partida de billar, un refresco, la jugada de baraja, albures y los comentarios del último partido de futbol.

Los pescadores de este campo señalan que por la lejanía con los empaques legumbreros, la única opción de empleo son las granjas acuícolas. Salir a pescar, dicen, implica que necesitan como mínimo 80 pesos para comprar gasolina y si bien les va, pescarán algo para recuperar apenas lo invertido.

Las descargas de agua de las granjas acuícolas, los drenajes del ingenio azucarero de Eldorado y de los domicilios, provocan además de mortandad de especies marinas, una proliferación de mosquitos que al caer la tarde se vuelven una verdadera pesadilla.

En Las Arenitas, este campo donde hace poco los pescadores se daban el lujo de tirar kilos de camarón de talla chica y comprar camionetas del año, hoy solicitan cualquier apoyo que los saque de la miseria que los ahoga.


* Eduardo Valdez, reportero de Culiacan, Sinaloa, se hizo merecedor de una beca de la David and Lucile Packard Foundation a través del International Center for Journalists para hacer esta serie de tres partes publicada en su diario El Noroeste en diciembre de 2007. Para leer otra nota más reciente de Valdez sobre los manglares de la costa del Pacifico de México en este periódico, véase a: "Bahía Santa María: Un paraíso que debe conservarse."


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